jueves, julio 06, 2006

SERIOS


Al fin entramos.
Nos ponemos serios.
Adrián se demora en la puerta de la iglesia... y me pregunto qué carajo pasa.
Apago mi cigarrillo en los muros.
Antes de entrar la veo salir. Algo se ha olvidado. Pelo rojizo y grueso, fuerte y deseable. Pelo para atrapar entre mis dedos y no dejarlo escapar.
Una mirada traviesa, casi lasciva.
La misa estaba en su punto más alto, y yo pensando en estas cosas...
Pero era inevitable.
El uniforme del colegio nos parecía tan excitante... Poderosas piernas enfundadas en basta seda clara. Falda breve e insinuante. Sobre todo para una nena de catorce años.
No importa. No basta, no interesa.
¿Quién era esa niña-mujer? Y muy especialmente, cuánto faltaba para poseerla.
Poco después la perdería un rato de vista, y más tarde, cuando besaba a alguien por primera vez en esa época de mi existencia (a alguien que odiosamente se empecinaba en tener el mismo nombre que la mujer más importante de mi vida, o casi)pensaba... ¿cómo será besarla?
Adrián me empuja, entramos.
Serios. Ya estamos en el colegio.
Vista al frente. Serios.
Pero ella se me había metido en las tripas.